Por Eurídice Maradiaga

La sociedad hondureña vive un duro debate sobre la legalización o penalización del uso de las pastillas anticonceptivas llamadas PAE, que son las siglas de Pastillas Anticonceptivas de Emergencia. Éstas fueron prohibidas bajo el reaccionario golpe de Estado del 2009. So pretexto de que estas pastillas anticonceptivas eran abortivas, y sin ningún parámetro científico serio, la Asamblea reaccionaria tipificó la ilegalidad de las mismas dándole un golpe duro no solo a los derechos reproductivos de las mujeres hondureñas, sino asestándole un golpe contundente a la legalidad burguesa misma. La actual discusión sobre la legalidad o no de la PAE solo muestra lo reaccionario que es el régimen político hondureño en cuanto a los derechos reproductivos de la mujer; irrisoriamente no estamos buscando como se nos reconozca a las mujeres el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, sino discutiendo si una pastilla, que la ciencia considera anticonceptiva y no abortiva, puede ser legal.

El golpe de Estado trajo consigo un sinnúmero de consecuencias al pueblo hondureño. El régimen regresó una sociedad, ya de por si atrasada, a una concepción medieval del derecho y de las relaciones sociales. Fue en medio de este proceso aberrante que la derecha hondureña y los grupos fácticos asestaron un golpe fundamental a los derechos reproductivos de la mujer. En ese contexto, el colegio médico y la secretaria de salud le recomendaron al congreso que debería prohibirse el uso de las PAE con el pretexto de que eran abortivas. Claro está, el congreso reaccionario no tardó en esgrimir argumentos religiosos y prohibió el uso de las PAE. En corto tiempo las mujeres hondureñas perdimos el derecho reproductivo más básico, el derecho a la planificación familiar.

Contradictoriamente fue un congresista del Partido Nacional quien introdujo un proyecto de ley para legalizar la PAE reabriendo el debate nacional sobre el tema. Pero aún en eso hay una doble moral del régimen; la pastilla, lejos de dejarse de vender, se comercializa a precios altísimos en farmacias y hasta en pulperías.

Presión de las iglesias

Desde que se introdujo el proyecto de ley para legalizar la PAE la presión social que ejercen la iglesia católica, evangélica y sus grupos de poder no se han hecho esperar. La doble moral de los altos representantes de iglesia católica y evangélica no asusta a nadie, mucho menos la iglesia católica que no había terminado de sancionar como pecado el uso de métodos anticonceptivos y sacaba ganancias de la comercialización de los mismos: “Durante este periodo, el Vaticano se siguió beneficiando de las ganancias derivadas de una de las muchas empresas que poseía: el instituto farmacológico Sereno. Uno de los productos de más venta elaborados por Sereno era una píldora anticonceptiva que se llamaba Luteolas.” (En el Nombre de Dios, David Yallop).

Los grupos moralistas pretenden hacer creer a la sociedad que sus análisis son científicos, pero están muy lejos de serlo, la normativa internacional es muy clara sobre el tema científico, las PAE no son abortivas: “la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), plantea que la “píldora del día después” no es abortiva. Apuntó que cuando el óvulo de la mujeres está fecundado la PAE no produce ningún efecto y el niño va a nacer, eso en base a estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).” (Diario Tiempo 3/03/2014).

Pero más allá de la terminología legal, debemos plantear al derecho que tenemos las mujeres para elegir sobre nuestro cuerpo. La PAE es una herramienta para que las mujeres podamos decidir sin exponernos a los efectos y riesgos que puede implicar un aborto. Las organizaciones sociales debemos hacer hincapié en que el Estado debe garantizar una educación sexual abierta laica y gratuita sin los prejuicios morales que ejercen los dogmas religiosos, esta doble moral solo lleva a embarazos, contagio de enfermedades y una sexualidad irresponsable.

Asimismo, este es un problema de clase, mientras las hijas de la burguesía tienen la posibilidad de irse a un país que permita abortar cuando deseen interrumpir un embarazo, somos las mujeres de la clase trabajadora las que tenemos que soportar una legislación que no nos permite siquiera decidir sobre nuestro cuerpo. Por ende llamamos a todas las organizaciones dispuestas a luchar por los derechos de la mujer a movilizarse no solo para la legalización de las PAE, sino para reformar toda la legislación y sea legalizado las PAE y el aborto legal seguro y gratuito.

 

 

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