Por Sebastián Ernesto González

El día miércoles 21 de agosto de 2013, el Congreso Nacional aprobó –por orden de Juan Orlando Hernández, candidato presidencial oficialista- la creación de la Policía Militar de Orden Público. La aprobación tuvo el respaldo de diputados de los 5 partidos políticos que actualmente controlan el CN. Según el candidato oficialista, la PMOP será la única capaz de imponer orden y de erradicar la violencia en Honduras. Después de aprobada la ley, JOH manifestó “¿qué pasaría si no logramos implementar la PMOP como un cuerpo altamente efectivo, entrenado, dirigido por comandos especiales de las Fuerzas Armadas?” (LT 23/08/2013).

La pregunta que debe responder el “otro yo” de JOH es ¿a quién irán dirigidos esos comandos especiales altamente preparados y eficientes?

El decreto plantea que la nueva unidad militar estará conformada por 5000 militares que pasarán a conformar la PMOP; estos 5000 militares serán sustituidos por otros nuevos 5000 reclutas que entrarán a las Fuerzas Armadas. En pocas palabras; se aprobó el incremento de 5000 nuevos militares.

El golpismo se prepara ante eventual nuevo levantamiento del pueblo

El golpe de estado del 2009 hizo que un gran sector del pueblo condenara el mismo y se lanzara a la calle a exigir apertura democrática y participación en la toma de decisiones nacionales. El detonante fue una consulta al pueblo para pronunciarse si deseaba una Asamblea Nacional Constituyente, el resultado ya todos lo conocemos. Se impuso el golpismo a pesar de la ardua lucha del Frente Nacional de Resistencia Popular en las calles, con el resultado de 4 años de crisis económica y la pérdida de conquistas sociales y económicas de parte de la clase trabajadora.

En los 7 meses de lucha que el grandioso FNRP estuvo en la calle, la policía y el ejército se encargaron de reprimir, secuestrar, torturar y asesinar a militantes del FNRP. Durante los primeros meses post golpe, las movilizaciones fueron enormes, con más de 50,000 personas en cada ocasión, y hubo algunas como la del 5 de julio de 2009 donde la toma en el aeropuerto sobrepasó el millón de personas. Teniendo este antecedente de inconformidad en el pueblo hondureño, la burguesía y la oligarquía a través de la clase política liderada en este momento por el candidato oficialista JOH, incrementan sustancialmente el número de efectivos militares.

Una de las principales funciones y atribuciones que le otorgan a esta unidad es “actuar rápidamente en circunstancias de inseguridad que afecten el orden público que constituyan situaciones de emergencia…” LT (22/08/de 2013).

“Más claro no puede cantar un gallo” dice el refrán. Ante la asfixiante crisis económica que abate al pueblo hondureño y ante la falta de propuestas económicas que vengan a mermar la precariedad en que se vive actualmente, el pueblo hondureño –seguro- terminará levantándose nuevamente y saldrá a las calles, entonces ya se tendrán nuevos 5,000 efectivos preparados para mantener el orden público.

Beneficio para las Fuerzas Armadas

El gobierno actual de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, han priorizado el incremento logístico y de efectivos de la policía y de las FFAA, les han incrementado el presupuesto y ahora el incremento de las mismas. Mientras al Ministerio de Salud y al de Educación les han recortado el presupuesto y la creación de plazas nuevas.

Contradictoriamente, las enfermeras esta semana se paralizaron por la falta de pago y miles de docentes ya llevan varios años sin recibir salario; las excusas son innecesarias y lo único real es que las enfermeras, médicos y docentes no reciben a tiempo sus sueldos o en el peor de los casos, ni siquiera tienen esperanzas de ser pagados.

Las matrículas gratis y el bono de transporte a los alumnos en los centros educativos desapareció desde hace dos años, mientras las FFAA reciben cuantiosas sumas de dinero por andar patrullando en las calles.

El pueblo es el único capaz de resguardar su seguridad

Lo único que la Policía Nacional y las FFAA han demostrado es que son efectivas en el momento de reprimir al pueblo o a la clase trabajadora que sale a reclamar. El incremento de estas instituciones represoras no solucionarán la violencia y delincuencia que azota el país, de hecho ellos son los mayores responsables y partícipes en la delincuencia y los asesinatos, tal y como lo hacen en el Bajo Aguán. Solo el mismo pueblo puede crear y organizar sus propios cuerpos de seguridad.