Por Sebastián Ernesto González

Durante las últimas semanas los asesinatos ligados al conflicto en el Bajo Aguán o a defensores de derechos humanos se han incrementado en el país. Los últimos casos más sonados son los del abogado Antonio Trejo, Apoderado Legal del Movimiento Auténtico Reivindicador del Aguán (MARCA) y el de Manuel Eduardo Díaz Mazariegos, un fiscal en la oficina de derechos humanos del gobierno, quien estuvo entre los abogados que hicieron una huelga de hambre en 2008 protestando por  la corrupción de la fiscalía. En esta semana fue asesinado el joven Douglas David Peña, en Santa Bárbara, quien se manifestaba por los derechos de su comunidad y contra las “Ciudades Modelos”.

El viernes 5 de octubre las organizaciones Copinh y Ofraneh distribuyeron un comunicado donde señalan que ante una acción de recuperación de tierras contra la empresa  CAISESA-FRISCO del reconocido terrateniente René Morales, fueron asesinados dos compañeros campesinos y aproximadamente 18 fueron detenidos.

El último artículo que escribió el Camarada Manuel Flores

Cada vez que asesinan a un compañero campesino o un profesional ligado a la recuperación de tierras en el Bajo Aguán, experimentamos el dolor que nos sigue ocasionando el vil asesinato del Camarada Manuel Flores, hecho que ocurrió el 23 de marzo del 2010 en su centro de trabajo, dos días después de que Manuel escribiera su último artículo. En ese artículo titulado “El conflicto agrario en el Bajo Aguán”, en uno de los párrafos escribiría “La lucha de las organizaciones campesinas por tener un pedazo de tierra se ha teñido de sangre, varios son los asesinados por las fuerzas al mando de los terratenientes de la zona del Bajo Aguán…el conflicto en Honduras se da entre 300,000 campesinos sin tierra y tres reyes de la tierra; Miguel Facusse, René Morales y Reynaldo Canales…”

Hasta ahora, el asesinato del compañero ha quedado en el olvido, al igual que la de todos los mártires que han sido asesinados.

César Ham denuncia amenazas

El conflicto se ha agudizado tanto que el mismo director del Instituto Nacional Agrario (INA), César Ham, ha denunciado públicamente al empresario Miguel Facussé como responsable por si algo le ocurre. Según el director del INA, el presidente Porfirio Lobo Sosa, el martes, le informó de viva voz “que había amenazas a mi vida, queriendo hacer un atentado con sicarios que ya estaban en Tegucigalpa pagados por adelantado para quitarnos la vida… cualquier situación que me ocurra a mí, a mi familia, responsabilizo de manera directa a Miguel Facussé Barjum”.

Ante esta ola de asesinatos que sigue aumentando, el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, del Congreso de los Estados Unidos, Howard Berman  envió una carta a Hillary Clinton en la que denuncia “El asesinato de Trejo fue más que un crimen espantoso. Él había representado satisfactoriamente a campesinos que reclamaban tierras ilegalmente obtenidas por Miguel Facussé, quien fue descrito por la embajada de EE.UU. como "el más rico, más poderoso hombre en Honduras" y quien tiene guardias de seguridad que son acusados de supuestamente haber matado a docenas de activistas de derechos de tierra en los últimos tres años. Trejo había recibido amenazas de muerte repetidamente por su teléfono celular, y anunció que si fuese asesinado, Facussé sería responsable.”

Movilización Nacional para detener asesinatos y por una Reforma Agraria

Sin duda alguna que esta represión con la venia del gobierno de Lobo no se detendrá a menos de que se inicien actividades de protesta para detener la represión selectiva contra los sectores campesinos organizados. Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos un llamado a toda la plataforma sindical, gremial y popular para convocar a una jornada de protestas para detener los asesinatos selectivos.

Manuel Flores terminó su artículo con lo siguiente “…el Estado debió expropiar sin ninguna indemnización dichas tierras y entregarlas a los campesinos organizados. Igualmente debe ofrecer asistencia técnica y crédito para que en el futuro no caigan en la tentación de vender a los mismos terratenientes las tierras recuperadas. Hoy más que nunca se hace necesaria la aprobación de una Ley de Reforma Agraria que resuelva la problemática de la tenencia y la producción de la tierra en el agro”.

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