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¿HACIA DONDE VA EL “ALBA”?

Conferencia dictada por el diputado Tomas Andino Mencía en la sede del SITRASANAAYS, Tegucigalpa, el pasado 18 de septiembre 2008.

Antecedentes

En la historia del capitalismo, la unidad nacional ha sido una condición importante para que las burguesías logren dar un salto hacia su progreso como clase dominante. Gracias a su Unidad nacional, Alemania dio un salto que le permitió ser la primera potencia de Europa; lo mismo la ha pasado a Estados Unidos. Por ello se convirtieron en potencias capitalistas.

Pero estos proyectos unionistas se desarrollan con éxito ahí donde las clases poseedoras tienen condiciones económicas para sostenerlos; vale decir, clases empresariales fuertes, capaces de desarrollar el país y vencer la resistencia conservadora. De lo contrario sucumben a los partidarios de la fragmentación, algo que siempre ha convenido a los intereses imperiales.

En Latinoamérica este mismo anhelo se apodero de las clases medias revolucionarias a comienzos del siglo XIX, en la época de la independencia, aspirando a ascender en la escala social a la categoría de burguesías. La resistencia de las clases más conservadoras, la intervención de los imperios de entonces (inglés primero y norteamericano después), pero sobre todo, la debilidad económica de la clases medias y burguesas que lideraban esos procesos, impidieron que cuajara el proyecto de la Gran Patria latinoamericana de Bolívar, Sucre, y otros. Similar desgracia se apoderó de Centroamérica, tras el fracaso de la gesta unionista de Francisco Morazán.

En el siglo XX, los procesos de unidad nacionales emprendidos en los países periféricos, surgidos en la coyuntura de la IIa Guerra Mundial, dieron lugar a diversos gobiernos y procesos de nacionalismo burgués, que, como el de Nasser (Egipto), Perón (Argentina), Cárdenas (México), Arbenz (Guatemala), etc, llegaron a enfrentar al imperialismo, en algunos casos mediante la nacionalización de sus industrias básicas, pero salvo el primero, los demás no llegaron a plantearse seriamente la reivindicación de la Unidad de los países de sus respectiva región. No obstante, ninguna de esas experiencias logró culminar exitosamente en lo económico, político y social pues al largo plazo el imperialismo logró imponerse.

Hoy día, en una época en que caen gobiernos que aplican las medidas neoliberales para complacencia de los centros imperiales, asistimos a un despertar del mismo anhelo unionista, pero en esta ocasión los actores son el movimiento social y por otro lado, sectores desprendidos del mismo aparato de estado –como sectores de la oficialidad del ejército, clases medias y sectores empresariales —que logran ascendencia política e instalarse como gobernantes. Este es el caso de la ALBA.

Surgimiento de la ALBA

Hay que decir que la idea de un proyecto unionista y de integración de los pueblos de la región surgió primero en los movimientos sociales opuestos a los proyectos “integracionistas” promovidos por Estados Unidos desde 2000. La ALBA surge como antítesis del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Los pueblos salieron a la calle a exigir la no firma de los estados al ALCA y la puesta en práctica de una experiencia de integración distinta. Esa movilización fue encabezada por la Alianza Social Continental (ASC) contra el ALCA.

Esa lucha produjo tres resultados:

§ El retroceso del ALCA en la Cumbre de Miami,

§ la caída de muchos gobiernos y su sustitución por gobiernos progresistas.

§ El embrión de un proyecto de integración latinoamericano, planteado desde los movimientos sociales.

Estos logros del movimiento social latinoamericano fue lo que dio posibilidades al surgimiento de gobiernos independientes en la región, por consiguiente, a la ALBA. Pero esta idea ha tenido varias etapas porque la ALBA es un proyecto en construcción.

Evolución (o involución) de la propuesta ALBA

1ª Etapa: La Integración latinoamericana no fue concebida inicialmente como una integración de gobiernos sino como una integración de los movimientos sociales entre sí y de estados progresistas con los movimientos sociales. El sujeto político que movía la idea eran los movimientos sociales, aglutinados en la Alianza Social Continental, ASC (2001-2004). La participación de los movimientos sociales de los países era muy activa.

2ª Etapa: Con la crisis del petróleo, se crea formalmente la ALBA como integración de gobiernos progresistas e independientes entre sí (Cuba y Venezuela el 14 diciembre 2004 y Bolivia 28 abril 2006) (2004-2006) con planteamientos anti neoliberales. La participación social aparece como apoyo a las agendas de los gobiernos.

En esta etapa se hicieron las mejores elaboraciones teóricas sobre la ALBA. Ahí se concibió un proyecto con los siguientes componentes :

1. Petróleo y Energía

2. Comunicación y Transporte.

3. Fuerzas Armadas

4. Deuda Externa.

5. Economía y Finanzas.

6. Industrias Básicas y Ligeras.

7. Recursos Naturales.

8. Tierra, Soberanía Alimentaria y Reforma Agraria

9. Educación

Importante en esta ruta es el Plan Estratégico de Venezuela y Cuba del 28 abril 2005: misiones y desarrollo endógeno

3ª Etapa: Con la crisis del petróleo y de los alimentos, la ALBA deja de ser la integración de gobiernos progresistas para aceptar también a gobiernos que aplican las medidas neoliberales y no tienen intención de romper con el imperialismo más allá de la retórica discursiva, como los gobiernos de Nicaragua (ingresó el 11 de enero 2007) y el de Honduras (ingresó el 25 de junio 2008). La participación social casi desaparece y se fortalece la de los Estados.

Eso indica que la ALBA ha evolucionado de ser una idea antiimperialista y antineoliberal, opuesta al ALCA a una propuesta despojada del componente anti neoliberal, incluso coexistente con los TLCs.

Esto es una desnaturalización de la propuesta original, que era un proyecto de Liberación, para convertirse en un proyecto de fortalecimiento de algunos gobiernos neo liberales y anti neoliberales de centroderecha. En tal sentido, la ALBA se ha convertido en un híbrido que contiene elementos de asistencia social (solidaridad), procesos de inversión estatal y de inversión privada, pero en el cual no se ven los procesos de organización, movilización y lucha social. Por el contrario, los procesos políticos que desencadena ahí donde se instala, es el de fortalecer a gobiernos débiles o necesitados de un salvavidas, como ha sucedido en el caso de Mel Zelaya en Honduras.

Por ese camino, la ALBA tenderá a convertirse en un mecanismo de sostenimiento de los gobiernos progresistas independientes (como Venezuela, Bolivia, Ecuador) pero también a gobiernos de centro derecha (como los gobiernos de Honduras, Guatemala o Costa Rica) o centro izquierda (como el de Panamá y Nicaragua). El fondo social es el fortalecimiento de sectores de la clase burguesa nacionalista.

El Rol del Gobierno venezolano

Es indiscutible que el Gobierno Bolivariano de Venezuela es el motor de esta iniciativa integracionista. La pregunta que surge es ¿por qué se esta dando este retroceso en manos de un gobierno que casi todos toman por revolucionario? Porque en el chavismo parece haber un retroceso político-social en el que se le apuesta a los sectores burgueses y medios en la construcción de lo que denomina “Socialismo del Siglo XXI”.

Eso parece estar sucediendo como consecuencia de factores internacionales e internos.

En lo internacional tenemos el giro cada vez más marcado hacia la derecha del gobierno de Lula, Tabaré Vasquez y Bachelet, determinantes en la UNASUR; el no ingreso de Ecuador al ALBA; la agresividad de la ultraderecha que tiene en el gobierno de Colombia su punta de lanza (ver por ejemplo la crisis pre bélica que sufrió Ecuador con Colombia). A lo interno, la derrota de la propuesta de Reforma Constitucional, asi como la radicalización de sectores de la clase trabajadora que demandan la profundización del proceso revolucionario, han conducido al Gobierno Bolivariano de Venezuela a una encrucijada: O profundiza la revolución para dar un salto hacia el socialismo, o la frena para sortear estos obstáculos y mantener la estabilidad socio política y militar. El Presidente Chávez parece haber elegido esta última opción.

Desde entonces, hemos observado un giro en su política internacional al acercarse a Colombia y alejarse de las FARC (incluso llamándolas a entregar las armas); acercarse al gobierno reaccionario de Rusia y a los gobiernos de centro derecha centroamericanos y del Caribe, en un afán de hacerse de una coraza contra la amenaza de Bush. Pero no se ve un interés similar en apoyarse en las organizaciones de masas del continente, a pesar de que tiene sobre estas un fuerte liderazgo.

La apuesta de Chávez hoy parece ser parece ser la “normalización” del capitalismo venezolano bajo su liderazgo y la estabilización de un equilibrio internacional mediante la creación de un círculo de gobiernos latinoamericanos amigos. Por ello, para ingresar al ALBA ya no se necesita ser antiimperialista ni antineoliberal, mucho menos socialista; solo se necesita estar interesado en dinero fácil, como sucede con Mel Zelaya y los empresarios interesados en obtener fondos de esta iniciativa. Si no, véase lo que pasó en Honduras con el Fondo de Fideicomiso de PETROCARIBE que en parte va a ir a parar a las manos de los voraces empresarios térmicos hoy convertidos en generadores de energia renovable.

En esta tercera etapa de la ALBA, los pueblos de estos países –como sucedió con Honduras—no participan en la definición de su agenda en los países donde se introduce; sólo se limitan a ser convocado para apoyarla y consumirla.

En este punto se impone una valoración Etico-Política. Un Estado progresista como el de Venezuela tiene derecho a hacer maniobras para fortalecerse económica y políticamente en el escenario internacional, pero no tiene derecho de pasar por alto a los movimientos populares de nuestros países por objetivos de su política interna o exterior, mucho menos introducir a gobiernos o a clases poseedoras cuyos intereses son incompatibles con aquel.

De ahí que tanto el movimiento popular latinoamericano y centroamericano, como la izquierda de nuestras latitudes , necesita echar una nueva mirada a los acontecimientos y encontrar las claves de lo que esta pasando con un proyecto unionista con el que todos hemos soñado.

TAREAS ESTRATEGICAS:

1.- Recuperar el sentido original del ALBA como proyecto de los movimientos sociales.

2.- Aprovechar los roces entre las facciones de la oligarquía para movilizar al sector popular

3.- No “casar” o “anclar” la propuesta ALBA a las decisiones de uno o dos gobiernos, por progresistas que sean. El movimiento popular debe tener independencia de todo tipo de gobierno.

4.- Demandar la participación transparente de las organizaciones populares, porque en el nuevo estilo la misma parece no ser indispensable.

5.- No dejarlas sino arreciar con las demandas propias de l movimiento popular (12 puntos de la CNRP)

6.- Demandar que los recursos de la ALBA sean administrados por las organizaciones populares y no por el gobierno.

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