Por Joseph Manuel Alejandro Herrera*

 “La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”.

Bertolt Brecht

Desde el 7 de septiembre del año pasado contamos con una nueva dirigencia estudiantil en la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU). Después de 19 años (desde 1998) parecía que la necesaria oxigenación de la histórica dirección política del estudiantado universitario en Guatemala –el más numeroso en la patria centroamericana, con más 200 mil matriculados en 2017– cambiaría todo por arte de magia o eso creían los compañeros estudiantes más atados al heroico pasado que a la realidad concreta del movimiento estudiantil que nos habita; esta necesaria y urgente tarea de democratización se consolidaba emanada del incansable trabajo de cuatro generaciones de estudiantes, muchos de ellos sin nombres y rostros visibles, perseguidos, vapuleados y hasta asesinados por el gansterismo derechista1 que se implantó después del abandono de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y sus diferentes fracciones foquistas-guerrilleras (FAR, PGT, EGP y ORPA) del histórico bastión que para la lucha insurgente representó el control de los órganos de poder estudiantil –Asociaciones de Estudiantes y Comités de Huelga2 durante los 36 años de guerra civil; no conflicto armado interno, sino guerra civil llana y cruda.

La firma de los acuerdos de “Paz firme y duradera”, le abrió el camino a los oportunistas de entre guerras, de entre sombras, cuya figura más representativa en la universidad es: Jorge Mario García alias Guilligan, de estudiante flacucho idealista desengañado de la tutela guerrillerista de fin de siglo como le recuerdan sus compañeros de generación, ad eternum representante estudiantil de la Facultad de Humanidades, representante de la USAC ante la Junta Municipal de Trasporte y Alcalde Auxiliar de zona 21, amante de los perros e infame detractor de los estudiantes que luchan y se organizan independientemente; de la URNG al patrocinio del cacique criollo Álvaro Arzú y el partido Unionista, reducido órgano político de la tradicional derecha oligárquica neoliberal, que nada tiene que ver con el unionismo centroamericano de los años 20s.

El cambio no es desde luego nada fácil, navegando entre mafiosos hijos del militarismo vencedor y una población estudiantil banalizada, sin ideales ni ideología que sirva para hacerle frente a los mafiosos, nace un poder endeble ratificado por un sector reducido del estudiantado –16 mil votos de los 140 mil estudiantes habilitados para votar en el Campus Central y en Centro Universitario Metropolitano (CUM) en las pasadas elecciones de agosto, de los cuales la planilla ganadora: Frente Estudiantil solo obtuvo 6 mil, siendo minoría en el global de la votación; 10 mil estudiantes votaron por las otras planillas–. Coligado a esto, cabe recordar que el anterior poder, el del gansterismo cuasi-militar aún no ha desaparecido; está estructurado dentro y fuera de los chupaderos ilegales en la periferia de la USAC –con el beneplácito de la municipalidad capitalina, las últimas cuatro Rectorías y de los sancarlistas consumidores–, dentro del Consejo Superior Universitario (CSU) con representantes estudiantiles, docentes y profesionales que les apoyan en las sombras del cargo o abiertamente con sus posturas en el pleno –nunca les alcanza el plan de repitencia, ni son castigados o expulsados por extorsionar o golpear estudiantes–, así como en las retrogradas mentes de los vividores de la Huelga (“algunos Reyes Feos”, auto-proclamados jefes militares de autónomos y sub comités de huelga con las mismas prácticas que el deshonorable mafioso, así como tuercas de viejos que parecen más una junta financiera con jugosos negocios con la Cervecería Centroamericana, S.A –La Gallo– organizándoles paradas como la declaratoria general de huelga o la de Ingeniería, para idiotizar a los estudiantes durante la cuaresma huelguera), sostenido todo lo anterior ante la apatía de la mayoría de la población estudiantil y el capricho de una dirigencia estudiantil dividida en tenues seguidores de la línea de convivencia pacífica con los criminales emanada de la Rectoría de turno, de sus ideólogos de la mesura y el oportunismo político –por ejemplo: UsacEsPueblo o lo que se diluyó en FrenteEstudiantil– y de los espacios estudiantiles francos enemigos de los sicarios (Medicina, Historia, Trabajo Social, Odontología, Ciencia Política y ahora Derecho), perpetuándose por medio de la apatía y la complicidad del silencio auto-impuesto –el policía más peligroso es el que llevamos todos dentro–, estos también patrimonios intangibles, quizá más perdurables que la mismísima Huelga de Todos los Dolores del Pueblo de Guatemala.

UNA RADIOGRAFÍA NECESARIA:

"El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos".

Antonio Gramsci

Después de las pasadas elecciones nos impusimos el silencio, pero este se vuelve un crimen ante la realidad que se aproxima de cara a la celebración de La Huelga de Todos los Dolores del Pueblo de Guatemala en sus 120 años. Esta vez el poder dual ya está fijado, por un lado la Nueva AEU que desde el finales del 2017 convocó a todos los Comités de Huelga, sin hacer diferencia entre los Alternativos que han resistido en el pasado a la arremetida del deshonorable –en adelante zopes–, Autónomos que se han organizado independientemente, pero que algunos calcaron las prácticas de los zopes y los Sub-comités que hasta antes de las elecciones de agosto pasado –las primeras libres y democráticas en dos décadas– recibieron el dinero de la “Comisión Transitoria” y su deshonorable Comité de Huelga, dándoles a cambio estudiantes –muchos de nuevo ingreso, enamorados del desaparecido ideal del huelguero y la huelga como protectora del pueblo– para engrosar las filas de su milicia criminal (El Comité de Orden del deshonorable) que se presta a todo tipo de humillaciones y excesos contra la población estudiantil durante la cuaresma huelguera.

Del otro lado el poder criminal de larga data bajo la sombra de los que hasta agosto pasado eran La Ilegal Comisión Transitoria de AEU y su deshonorable comité de huelga que se sigue manteniendo en la Facultades de Ciencias Económicas, Humanidades, así como en EFPEM y el ex-comité Autónomo de Derecho desconocido por la Asamblea de Estudiantes de esa Facultad después de que golpearon a varios estudiantes a finales del año pasado; pero que no dudo que por medio de las prebendas y la contratación de personas ajenas a la universidad –como ya es costumbre– logren mantener un numero de secuaces que sigan agrediendo al estudiantado e imponiéndose por medio del miedo y la violencia.

Las reuniones convocadas por AEU para la conformación de un nuevo Honorable Comité de Huelga de Todos los Dolores no han estado apartadas del ya conocido oportunismo político, tanto los que ayer eran base de los zopes hoy se presentan a ser también honorables ungidos por el dinero que la AEU ha cobrado (25 mil quetzales para celebrar el “Conclave Huelguero” de enero pasado; con gastos como 6000 quetzales para 40 sotanas negras, propias de los zopes para los nuevos “honorables”), como por los 200 mil quetzales que en el último pleno del CSU la AEU a través de su secretaria general y su secretario de finanzas solicitaron del presupuesto universitario.

Y como la larga noche de 19 años le da paso a la madrugada, sin no menos monstruos de esos que surgen en los claroscuros, vemos el desfilar de ex reyes feos como Parracomunicacho (Alexander Mejía de la Cruz), que en las reuniones del nuevo honorable defiende abiertamente la agresión de estudiantes a manos de los zopes, justificando que se lo merecen por criticarles. Y que junto a Tommy Morales –autoproclamado líder de los autónomos de arquitectura, sin matrícula ni cursos asignados en los dos últimos años– invita a los representantes de los zopes a formar parte del nuevo honorable, incluso dándoles la confianza de tener puestos como los de finanzas y el ya conocido orden –su desorden violentamente organizado–. Arribistas de este tipo, son los políticos que sigue engendrando la USAC, que te sonríen de frente para vender demagogia vacía, pero por la espalda saludan a los sicarios que vapulean a estudiantes, reconociéndoles como iguales.

Pero ni el secretariado de la Nueva AEU, ni los oportunistas fantasmas que merodean durante la Huelga de dolores han tenido el camino fácil. Saludo de esta manera a los compañeros y compañeras representantes de las diferentes asociaciones estudiantiles que conforman el Consejo Consultivo Estudiantil Universitario (CCEU) y que en último caso han presionado a la Secretaria General para que expulse de las reuniones del nuevo honorable a los sicarios que se estaban filtrando, así como algunos de los representantes del nuevo honorable que le han puesto alto a las ansias idiotas de poder de los que quieren seguir lucrando de la huelga sin importar si cambió AEU, así como su administración chabelistica.

LA UNICA MANERA DE VENCER AL GASTERISMO ES CON LA FUERZA DE LOS ESTUDIANTES:

Si la huelga se quiere rescatar como dice nuestra dirigencia estudiantil, esto no se logrará dándole concesiones a los que hasta la huelga pasada intimidaron, golpearon estudiantes y lucraron con las actividades tradicionales de la Huelga de Todas las Dolores “del Pueblo de Guatemala”. Hay quienes se respaldan en la argumentación simplista de que portar la capucha es tradición, claro que es tradición, pero esta respondía a la represión que el movimiento estudiantil resistía del Estado, siendo el huelguero el guardián de marchas, entierros de líderes y acciones políticas del estudiantado, se cubría la cara ya que el Estado golpeaba con mayor fuerza laS estructuras de defensa del estudiante, sus comités de huelga. Ahora y desde hace ya veinte años la capucha sirve de escudo de impunidad a los que detrás de ella, siendo o no siendo estudiantes la usan para ensuciar esa misma tradición forjada por la valentía y el heroísmo de tantos estudiantes que lucharon sin nombres y sin rostros. Si el estudiante es honorable no tiene razones para esconderse hoy detrás de la capucha, los que, si seguirán usándola para ocultar su identidad, son los que viven de la huelga y en ausencia de la lucha de ideas, recuren a la violencia física. Cualquier llamado huelguero que apoye la violencia entre estudiantes, no es ni honorable ni será huelguero.

Si la Huelga es del pueblo, solicitar dinero del presupuesto universitario o hacer uso de la tasa estudiantil para llevar acabo bacanales es una práctica inmoral, sabiendo el estudiante que es privilegiado ante un pueblo con altos índices de pobreza y pobreza extrema, ¿Cuántos medicamentos podrían llevarse a las zonas más necesitadas del país de la mano de los verdaderos y honorables huelgueros, para asistir a ese mismo pueblo que se recuerda vagamente defender?

Si recuperamos nuestra AEU y recuperaremos nuestra Huelga, que no es nuestra sino del Pueblo, ¿por qué seguir organizando conciertos para beneficiar a las empresas oligárquicas productoras de cerveza del país?, ¿por qué seguir organizando a estudiantes de nuevo ingreso como empresas de seguridad privada que le aseguren a estas empresas ganancias jugosas a costa del embrutecimiento de las y los estudiantes? Quien quiera beber, que lo haga con su dinero, no con el dinero de la USAC, ni con el dinero de la tasa estudiantil y menos con el dinero gubernamental que año con año se le da a la huelga, por ser patrimonio intangible de la nación (unos 50 mil quetzales por arriba de la mesa y otro tanto por debajo, para comprar voluntades, desde el gobierno de Alfonso Portillo).

Con este artículo no estoy llamando a la AEU, que entre el miedo y la maniobra busca sobrevivirles a los sempiternos mafiosos y sicarios que detentan el control de la Huelga de Dolores; con estas letras llamo al estudiante, a su amplia mayoría a tomar parte y recuperar su Huelga de Dolores, llamo a las asociaciones de estudiantes democráticamente constituidas a celebrar asambleas para que sea el estudiante el que elija qué tipo de huelga quiere celebrar –como en Medicina e Historia, donde ya se celebraron asambleas a inicios de febrero–, llamo a los huelgueros honorables a romper con los enemigos del estudiantado, con las prácticas mercantilistas de doblegar la voluntad estudiantil ante la idiotizante cultura de la chingadera por la chingadera misma, llamo a los representantes de las diferentes asociaciones ante el Consejo Consultivo Estudiantil Universitario (CCEU) a fiscalizar como hasta ahora cada paso que se haga para organizar nuestra huelga de dolores, cada centavo gastado del dinero público, de la tasa estudiantil, llamo al pueblo a exigirnos a los estudiantes una huelga digna que no dependa de los poderes corporativos, ni del interés de una minoría de huelgueros frente al estudiantado llano, a recuperar el sentido de la huelga como azote de los políticos de turno, de los oligarcas de siempre, de los enemigos de la libertad y opresores del pueblo.

LLAMO AL HUELGUERO A DEFENDER CON CAPUCHA O SIN CAPUCHA DE PIE JUNTO AL PUEBLO, SUS LUCHAS.

LA CHABELA NOS OBSERVA Y NOS CASTIGARÁ SI CON DISCURSOS VACÍOS LLEGAMOS A SER IGUALES O PEORES QUE AQUELLOS QUE DIJIMOS COMBATIR.

Notas:

* Estudiante de Historia y el Profesorado en Ciencias Sociales, integrante del Comité Alternativo de Huelga de la Escuela de Historia, Secretario de Política Interna de la Asociación de Estudiantes de Historia, Antropología, Arqueología y Archivística (AEHAAA-2013), asociado activo de la organización estudiantil de Historia, en 2014, 2015 y 2016, representante de la AEHAAA ante la Asamblea Social y Popular (ASP-2015 y 2016) y ante la Plataforma para la Reforma del Estado de la USAC (2015-2016). Asuntos Nacionales y Populares por la Planilla No. 3 (Movimiento Universitario Consciente) –MEUC–, segundo lugar en las elecciones para AEU de agosto 2017 (ganando las Facultades de Medicina, Ingeniería y las Escuelas de Historia, Trabajo Social, Ciencias Físicas y Matemáticas), militante del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) desde 2012.

1.-Hijos de las ocupaciones militares de la USAC de los 70s y los 80s, de la quema de bibliotecas enteras, de los murales orinados por la bota militar y del asesinato de docentes, estudiantes y hasta un rector que le abrió paso a los parásitos de turno, tanto en la administración universitaria como en nuestro movimiento estudiantil, borrando el hilo conductor de la tradición revolucionaria entre la vanguardia del pasado y la del presente, que lucha sola a prueba y error sin el consejo de sus padres políticos, desaparecidos o acribillados por el terrorismo estatal o paraestatal.

Cabe destacar que muchos de los integrantes de la conocida como “Transitoria de la AEU”, así como de los secretariados de AEU que van desde 1998 hasta 2017, son hijos de militares, así como trabajadores o dueños de empresas de seguridad privada, dueños de algunos de los llamados chupaderos afuera de la USAC y de otros bares reconocidos en el circuito del Rock guatemalteco. A todas luces una mafia diversificada.

2.- Las Asociaciones de Estudiantes son órganos gremiales de representación estudiantil, en la historia universitaria se tienen conocimiento de 21 asociaciones que han existido en diferentes unidades académicas (Facultades y Escuelas no facultativas). Muchas de éstas están calcadas de las primeras organizaciones estudiantiles que existieron en la USAC, en la facultad de Ciencias Médicas y en Derecho, que posteriormente serían los precursores de la primera Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU–, el 22 de mayo de 1920.

Los Comités de Huelga son anteriores a los primeros órganos gremiales y nacen al calor de la lucha anti cabrerista en el año de 1898. Organizaciones que llamaron a la primera Huelga de Todos los Dolores del Pueblo de Guatemala; equivocadamente se le atribuye su carácter jerárquico-militar del presente al trastrocamiento causado por la persecución y represión de los años de la guerra (1960-1996) por parte del Estado, así como de grupos fascistoides, anti-democráticos y anti-comunistas. La dialéctica de la organización estudiantil es tan interesante que actualmente y desde comienzos de siglo la dinámica del poder estudiantil se sortea entre la existencia de la Asociación como gremio democráticamente electo y el comité de huelga organizado como milicia, llegando a tal punto, que donde hay Asociación Estudiantil fuerte, no existe comité o éste es muy débil o donde hay Comité fuerte la asociación esta disuelta o es inexistente. Dándose como siempre contadas excepciones.