Por Úrsula Coj

Tal como lo anunciaron sus dirigentes una semana antes, el 7 de marzo miles de campesinos pertenecientes al Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) y a la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC) y sus organizaciones aliadas, realizaron una impresionante marcha en la ciudad capital. Según fuentes de los organizadores fueron entre 30 mil y 35 mil.

Los compañeros partieron de cuatro puntos: el Obelisco, el Trébol, el Anillo Periférico y la Carretera al Atlántico, convergiendo en el Centro Histórico. En su curso la marcha se detuvo frente a la Corte Suprema de Justicia, y frente al Congreso de la República, para demandar sus exigencias, para luego finalizar en la Plaza de la Constitución.

La demanda central de la movilización fue exigir la renuncia del presidente Jimmy Morales, acusado de ser incapaz de gobernar, de no ser apto políticamente, de no responder a las demandas del movimiento campesino. Neftalí López, dirigente de CODECA, expresó: “Pedimos la renuncia del presidente porque no nos sirve, está cooptado por el crimen organizado y haciendo gobierno para los ricos del país” (Prensa Libre 07/03/2017).

Además, plantearon que más de cien diputados del Congreso deben renunciar por estar involucrados en el caso de corrupción en torno al contrato que benefició a la empresa brasileña Odebrecht, al aprobar un préstamo para la ampliación de la carretera al Pacífico. Según esto, cada uno habría recibido US$ 40,000 de soborno por dar su voto a favor. La marcha campesina también planteó la nacionalización el sistema de energía eléctrica, la resolución de conflictos provocados por proyectos hidroeléctricos y mineros, la falta de apoyo a los migrantes y el cese de la persecución contra dirigentes campesinos que defienden la tierra.

El presidente Morales estuvo ausente de la ciudad capital mientras se realizaban las manifestaciones, marchándose al departamento de Sololá a una actividad. Solo publicó en su cuenta de Twitter: “El pueblo de Guatemala nos eligió para cuatro años y nosotros seguiremos privilegiando la libre emisión del pensamiento” (La Hora 07/03/2017). El portavoz presidencial Hiemann manifestó que el gobierno intentó dialogar con los manifestantes, sin éxito.

Los compañeros de las organizaciones campesinas tienen toda la razón al denunciar la incapacidad del gobierno de Jimmy Morales y el FCN-Nación, y su posicionamiento del lado de los grupos más conservadores de la oligarquía; también están en lo correcto al denunciar la corrupción de los diputados que en su momento recibieron sobornos de la empresa Odebrecht.

La exigencia de que renuncien el presidente y los diputados corruptos implica el virtual descabezamiento de dos de los tres poderes del Estado, y parece una demanda muy radical. Sin embargo, los compañeros han olvidado un punto vital, que es plantear qué o quiénes van a sustituir a los funcionarios cuestionados. Cada demanda, cada exigencia movilizadora que proponga cualquier organización popular debe ir acompañada de una fórmula que haga avanzar el movimiento en favor de las fuerzas de los oprimidos y explotados. De nada nos sirve que renuncie el presidente y todo su gabinete, todos los diputados, todos los magistrados del sistema judicial, si del lado del bando popular no hay un organismo capaz de reemplazarlos y hacer avanzar un proceso revolucionario genuino. Si en el momento actual renunciara Morales y los mencionados diputados, serían fácilmente reemplazados por otros peleles al servicio de la oligarquía, y ¿qué ganaría con ello el movimiento popular? Sin una clara alternativa de poder popular, absolutamente nada.

Preocupa aún más el total respaldo que los compañeros dan al organismo del imperialismo que está limpiando el Estado Burgués para que sirva mejor a los intereses de Estados Unidos, la CICIG, acompañada del Ministerio Público. En vez de llamar a la formación de tribunales campesinos y populares que investiguen a Morales y los diputados, los compañeros ingenuamente piden a Iván Velásquez y Thelma Aldana, funcionarios al servicio del imperialismo, que lo hagan (Prensa Libre 07/03/17), agradecen a la comunidad internacional (países imperialistas), por el respaldo a la CICIG (La Hora 28/02/17) y congratulan al gobierno criminal de Estados Unidos por el apoyo a la CICIG (Prensa Libre 07/03/17).

No compañeros de CODECA y CNOC, ya es tiempo de abandonar las ilusiones falsas que les atan a los organismos del imperialismo; debemos independizarnos totalmente de todos los aparatos de la burguesía y confiar en nuestras propias fuerzas; es tiempo de empezar a crear alternativas reales de poder popular, que apunten a plantear la instalación de una Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular, de los Trabajadores y los Pueblos que reorganice el país en favor de los explotados y los oprimidos.