Por Marcial Rivera

El problema de la migración de infantes a territorio Estadounidense continúa. Desde distintos tanques de pensamiento se ha dado tratamiento al tema, así como potenciales soluciones al problema, el cual se magnificó con el pasar de los días.

Problema en Estados Unidos

El problema de la migración infantil se ha convertido en un tópico de tratamiento federal en el buró político en Estados Unidos. Desde el presidente Obama, el congreso y otros sectores de la vida política de Estados Unidos, se han hecho distintos pronunciamientos en torno al tema, que tiene implicaciones a nivel del triángulo norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador. Bien puede afirmarse que nos encontramos frente a un arcoíris de los mismos, desde los posicionamientos que apuntan a soluciones humanas para el problema de la migración de menores no acompañados, así como de manifiestos de la derecha radical, la más relevante hecha por Sarah Pallin, del Tea Party, quien comparó a los inmigrantes ilegales con terroristas islámicos.

El 8 de julio arribó a territorio Guatemalteco una comisión de alto nivel, conducida por Jeh Johson, Secretario de Seguridad Nacional Estadounidense. La lógica imperial es la misma: el control de fronteras entre México y Estados Unidos, como punto de partida para el tratamiento del problema migratorio, y la propuesta de replicar los resultados logrados hacia Honduras y El Salvador. Secundariamente se tocó otros temas como el mejoramiento del clima de inversiones, con la finalidad de que esto repercuta en detener la inmigración indocumentada. Al respecto, el Secretario Johson acotaba “Los niños no acompañados, de ser detenidos en la frontera, se convierten en prioridad para su repatriación, sin importar su edad. A menos que un niño o un adulto pueda optar a ciertos beneficios de ayuda humanitaria, todos los demás, como prioridad, deben ser devueltos a su país” (Prensa Libre, 09/07/2014).

¿Posibles Soluciones?

Por otro lado se plantea la idea de combatir y detener a los coyotes que de forma impune operan en función de llevar inmigrantes hacia territorio estadounidense, y que forman parte de redes internacionales de tráfico de personas, lo cual estaría en el marco de modificar la Legislación Penal, para incrementar las penas hasta por 12 años. Esta solución hace sinergia con lo planteado por la jefa del ministerio público Thelma Aldana y la Vicepresidenta Roxana Bladetti, quienes han planteado el incremento de penas a familiares que promuevan la migración de menores hacia Estados Unidos, además del apoyo estadounidense a las autoridades guatemaltecas en materia de resguardo de las fronteras entre Guatemala y México, bajo el cobijo del delito de asociaciones ilícitas.

Posiciones divergentes

Mientras del lado de los países afectados se plantean soluciones que apuntan mayoritariamente al tratamiento humanitario del problema, en Estados Unidos más bien se considera que el tratamiento debe ser el cumplimiento de la ley, y el endurecimiento de las medidas que se aplican para con los menores migrantes. En el caso del gobernador de Texas Rick Perry, consideró solicitarle a Obama el envío de efectivos de la Guardia Nacional de Estados Unidos a la frontera, para apoyar a la Patrulla Fronteriza; sobre esto ya existen antecedentes, durante los gobiernos de Bush y de Obama.

¿Hoja de ruta?

La reunión programada para el 25 de julio arrojó los resultados que ya se vaticinaban, las deportaciones de menores continuarán. Al momento más de setenta mil niños han sido detenidos y Obama ha solicitado a los presidentes Centroamericanos que colaboren en el sentido de detener la inmigración ilegal, tanto a nivel de fronteras como desde otras formas posibles.

Desde el seno del Partido Socialista Centroamericano consideramos que dado que el problema en sí mismo es centroamericano, la solución planteada, en lo esencial, debe ser centroamericana. La reforma migratoria debe ser integral, popular, participativa e incluyente de los distintos sectores involucrados en el tema; esta lucha debe ser abanderada por las organizaciones de inmigrantes en Estados Unidos, y también por otros actores importantes. La reforma migratoria integral a su vez constituiría un alivio para miles de inmigrantes indocumentados en dicha nación, también deben plantearse soluciones de fondo, pues los inmigrantes huyen de la violencia, la criminalidad y las condiciones de marginalidad a que el sistema económico les ha acorralado. El mismo país que durante décadas se encargó de financiar y patrocinar sanguinarias dictaduras y ‘guerras de baja intensidad’ ahora debe impulsar condiciones de dignidad e igualdad para aquellos a quienes se encargó de llevar a la pobreza.