Por Armado Tezucún

El martes 18 de septiembre la ministra de educación Cynthia del Águila anunció en conferencia de prensa la propuesta final del Ministerio en torno a la transformación de la carrera de magisterio. Respaldada por el presidente Pérez Molina, la vicepresidenta y sus viceministros, la ministra presentó básicamente el mismo planteamiento que hizo desde marzo: que los estudiantes cursen por dos años un bachillerato con orientación en educación y luego tres años de especialización universitaria. El 16 de agosto la Mesa Técnica que elaboró la propuesta de Formación Inicial Docente había presentado a la ministra una supuesta reelaboración del documento en el que tomaría en cuenta las sugerencias hechas durante el proceso de socialización; esta reelaboración tampoco había cambiado nada sustancial de la propuesta inicial.

Lo que vemos claramente es una actitud impositiva y autoritaria por parte del gobierno, que hace caso omiso de la oposición a esta reforma, que durante meses han expresado tanto en las calles como en mesas de diálogo los estudiantes, maestros, padres de familia y colegios privados. Como expresó la representante estudiantil Kendra Avilés, “Se nos dijo que iban a unificar en un mismo documento los planteamientos en los que ambas partes estuvieran de acuerdo, y no lo hicieron” (El Periódico 19/9/12). La burla y el desprecio del gobierno hacia las opiniones de los ciudadanos quedaron expresados en el comentario sarcástico de Pérez Molina “Los estudiantes de las escuelas normales no se ven afectados en nada y por eso no tiene razón para estar protestando. Ellos dicen que no es por ellos, sino por los que vienen atrás, pero ese no es problema de ellos” (El Periódico 19/9/12).

Tanto la ministra Del Águila como el presidente advirtieron que no permitirá protestas ni bloqueos y que giraron órdenes al Ministerio de Gobernación de proceder contra estas acciones.

Las reacciones contra la decisión del gobierno no se han hecho esperar. El mismo día del anuncio oficial de la ministra un grupo de maestros y estudiantes realizaron una marcha de protesta contra la reforma. En esta marcha tuvo un papel protagónico el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. El sindicato denunció algunas políticas que el Ministerio implementará el próximo año y que afectarán los derechos laborales de los maestros, además de que manifestó su rechazo a la propuesta oficial de cambio en la carrera de magisterio. Estos compañeros docentes han manifestado su rechazo hacia el líder magisterial Joviel Acevedo y el equipo que dirige la Asociación Nacional del Magisterio desde hace cerca de diez años. Acevedo y su grupo participaron en la elaboración de la propuesta de Formación Inicial Docente y han tenido una actitud sumisa ante el actual gobierno pro-empresarial presidido por ex militares. En julio esta dirigencia oportunista fue rechazada por una asamblea de cerca de dos mil maestros de Zacapa y Chiquimula. Es de la mayor importancia que un gremio tan combativo como el de los compañeros docentes empiece a renovarse y sacudir el lastre que representa Acevedo y su grupo.

Durante esta marcha un grupo de estudiantes se acercaron al Instituto Normal Centro América con la intención de que se unieran a la actividad, pero fueron reprimidos por la policía, que capturó doce compañeros.

Las acciones de protesta han continuado. El 18 por la noche unas cuarenta estudiantes del Instituto Normal para Señoritas Belén tomaron a las instalaciones del centro educativo. La policía de inmediato rodeó el sector cerrando el paso de vehículos en los alrededores. El día siguiente, a eso de las 17:30, agentes de la PNC desalojaron a las compañeras utilizando escaleras para penetrar al edificio. Esta vez no hubo capturados.

Por otro lado, compañeros de la Escuela Normal Central para Varones decidieron no entrar a clases como medida de rechazo a la propuesta final impuesta por el Ministerio de Educación. En la ciudad de Totonicapán, el viernes 21 estudiantes y padres de familia tomaron el edificio de la Escuela Normal Rural Número 2 (ENRO); el dirigente estudiantil Samuel Baquix declaró: “No tememos y no queremos acción policial, respetamos a las autoridades, pero también queremos que nos respeten. Seguiremos con la toma. Queremos ser escuchados y no engañados como en otras ocasiones” (Prensa Libre 21 9 12).

Los compañeros normalistas han anunciado más acciones de protesta. Es el momento en que las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles y populares debemos cerrar filas en solidaridad con la lucha de los estudiantes de magisterio. Debemos obligar al gobierno a deponer su actitud represiva, dar marcha atrás en la imposición de la propuesta y reiniciar el diálogo.