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Alberto Fuentes Knight, Ministro de Finanzas, entrega el proyecto de reforma fiscal a Aristides Crespo, Presidente del Congreso

 

Por Armando Tezucún

Desde la segunda quincena de enero el gobierno anunció que preparaba una reforma fiscal. Esta reforma le permitiría recaudar los fondos que dejará de recibir cuando pierda vigencia el Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz (IETAAP) a finales del año. Este impuesto fue pactado por el gobierno anterior y el empresariado y perdía vigencia en diciembre de 2007, pero la burguesía acordó con Colom que continuara durante un año más.

El Grupo Promotor de Diálogo Fiscal, perteneciente al Consejo Nacional de los Acuerdos de Paz (CNAP), preparó el proyecto de reforma bajo los auspicios y supervisión del ministro de finanzas Juan Alberto Fuentes Knight. El 17 de marzo el grupo entregó el proyecto al CNAP, quien a su vez lo puso en manos del gobierno el 22 de abril.

La columna vertebral del proyecto, llamado “Ley de Modernización y Fortalecimiento del Sistema Tributario de Guatemala” es la reforma en el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), acompañado de la reforma en la recaudación de Impuesto al Valor Agregado y el fortalecimiento de la fiscalización de la Superintendencia de Administración Tributaria.

Desde que se empezó a conocer el contenido de la propuesta, los voceros de los grupos empresariales, fieles a su tradición de resistirse a pagar impuestos, elevaron sus voces de protesta. El descontento fue especialmente contra las reformas al ISR.

Los cambios que alarmaron a la sacrosanta burguesía nacional se pueden resumir así: La tasa que pagan las empresas (Régimen Optativo) se redujo del 31 al 25 por ciento, eliminándose algunos deducibles. A la vez se grava la distribución de dividendos con una tasa del 5 por ciento en 2009 y aumenta al 10 por ciento a partir de 2011, con excepción de las utilidades que sean reinvertidas en la empresa. Se elimina el pago actual del 3% en timbre fiscal y papel sellado. Según los defensores de la burguesía la rebaja en el ISR es un espejismo, pues al final terminarían pagando un 35 por ciento cuando al 25 por ciento de ISR se le añada un 10% sobre las ganancias. En cuanto a los trabajadores asalariados, se elimina la tabla actual y se establece que los que ganen entre Q3 mil y Q20 mil al mes pagarán el 5% anual de sus ingresos, quedando exentas las prestaciones sociales pero gravándose una serie de rubros menores que actualmente no son gravados. Los que ganen más de Q20 mil mensuales pagarán la cantidad de Q12 mil al año y el 7% sobre el excedente. En ambos casos la acreditación del IVA se eliminará gradualmente.

El presidente de la principal organización de la burguesía, el CACIF, Carlos Zúñiga declaró que este no es el mejor momento para una reforma fiscal que aumenta los impuestos y castiga a las empresas y contribuyentes en un momento de crisis económica, sino que el gobierno debe tomar una iniciativa de “reactivación económica”.

Por su parte, Colom anunció entusiasmado el proyecto. Sin embargo, después de una serie de atrasos en presentar el proyecto al Congreso, anunció sorpresivamente el 5 de agosto que retiraría los cambios al ISR del proyecto de reforma fiscal. El Ministerio de Finanzas dijo que de esta manera, ante la oposición generada, la propuesta tendrá más posibilidad de ser aceptada. Ahora el gobierno presentará la propuesta en dos partes, postergando el proyecto del ISR para diciembre o enero próximos. Esta vez Colom, ya sin tanto entusiasmo dijo “El país se ha tardado más de 30 años en hacer una verdadera modernización fiscal, mientras que nosotros en 7 meses estamos logrando espacios de consenso de trabajo; estoy seguro de que habrá una modernización fiscal sin traumas, sin conflictos, sin enfrentamientos” (Siglo 21, 6/8/2008).

En los dos días que siguieron, el gobierno anunció que creará el Impuesto de Solidaridad (ISO), en lugar de las reformas al ISR. El ISO será muy similar al IETAAP en contenido y forma. Colom reconoció que el ISO fue negociado con los empresarios, a cambio de frenar el proyecto del ISR. Las asociaciones de la burguesía hipócritamente guardaron discreción al principio, pero cuando el proyecto de reforma llegó castrado al Congreso el 11, publicaron un comunicado anunciando su complacencia con el retiro de la nueva ley del ISR y que analizarían el ISO.

Los socialistas revolucionarios denunciamos al gobierno de Colom y la UNE, que una vez más se ha doblegado ante la voluntad y la presión de los capitalistas explotadores guatemaltecos, que en una actitud reaccionaria no aceptan ni la reforma fiscal moderada se proponía. Llamamos a los trabajadores asalariados del campo y la ciudad, a los campesinos pobres, a los desempleados y a las masas populares a exigir del gobierno una verdadera reforma fiscal que castigue a los que siempre han controlado las riquezas del país.

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