Por Alberto Castro.

Las cifras de homicidios de este año que está por finalizar ya superan los 6,000 asesinatos, un evidente crecimiento con relación al año pasado el cual cerró con 3,912, no cabe ninguna duda que tales números son el reflejo del crecimiento de la violencia y delincuencia, y ejemplo de ello es lo insólito de que entre el 1 de enero del 2015 hasta el pasado 15 de noviembre la ola delincuencial ha provocado 450 asesinatos múltiples a nivel nacional. Según la Fiscalía General de la República (FGR), el año pasado en ese mismo período solamente se reportaban 233 masacres, lo cual indica que existe un incremento del 93.13 % de este tipo de hechos delictivos comparado al 2015, otro dato es la cifra record de fallecidos en una misma masacre el cual es de 14.

En tales condiciones se llega al final de este año, en un país dominado por la polarización política reengendrada por el nuevo bipartidismo FMLN-ARENA, país que nuevamente tiene un crecimiento de apenas el 2% del PIB, sumado a los datos expuesto no cabe ni la menor duda que El Salvador está en un caos, y la fuerzas políticas del régimen que representan a los diferentes sectores burgueses no son capaces de brindar beneficios a las amplias masas. La inseguridad es un malestar para la mayor parte de la población, que no ha sido atendido y mucho menos resuelto.

Las maras y pandillas son la manzana de la discordia

El sangramiento se ha debido en muchos casos a la actividad de las maras y pandillas, las cuales arremeten entre sí, contra las autoridades policiales y militares y contra el pueblo salvadoreño, el GOES por su parte ha emprendido un combate frontal a través de la PNC y Fuerza Armada, ello ha empeorado la situación haciendo que estas organizaciones eleven su agresividad, en otro extremo se ha dado la aparición de grupos de exterminio que dicho sea de paso la Fiscalía General de la Republica no ha sido investigado como debería. En medio de este fuego cruzado se exponen miles de trabajadores todos los días, siendo víctimas del fuego proveniente de cualquier parte, en este sentido se evidencia con toda claridad que la inseguridad no ha bajado, pese a la reducción del índice de homicidios del mes de septiembre.

Expectativas oscuras y sin salida

La MS-13 y pandilla 18 que son las principales agrupaciones juveniles del país han crecido su número de miembros de manera considerable en este último año, la tregua que finalizo justamente a inicios de año dejo a estos grupos bien fortalecidos, constituyéndolos como poderes territoriales operando mientras son dirigidas desde los recintos carcelarios, la acción ejercida en los barrios y colonias ha dado lugar a disputas, ya que detrás del control esta el manejo económico que dejan las rentas y extorciones que hacen. En vísperas de un nuevo año las expectativas en torno a ello parecen no ser las más positivas, las maras y pandillas se han constituido como organizaciones fuertes, que poseen un alto grado de organización y disciplina, que pese a la represión de la PNC y F.A no se han desmovilizado y forman parte de una decadencia económica, política y social del capitalismo en El Salvador y Centroamérica.

Los gastos que implican para el gobierno el sostenimiento del aparato de seguridad han sido tan elevados de tal manera de que los gatos del plan especial de seguridad ’’El Salvador seguro’’, se echaron andar con los impuestos por el uso de servicio de telecomunicaciones, en esto último tanto el partido oficialista como los demás del régimen se dieron la mano prefiriendo cargar sobre los bolsillos de pueblo el mantenimiento de los planes de seguridad en vez de tocar al gran capital, el pacto de Ataco ha sido un show que hasta la fecha no ha rendido frutos. ¿Que nos depara para el 2016 en materia de seguridad?

Paremos la violencia, luchando

No se pueden descartar más impuestos, ni una reducción significativa, aunque el descenso del mes de septiembre fue del 35% no puede decirse aun que se va por el rumbo correcto, de hecho es ahí donde se muestran a los ojos de todo el mundo que fue un error sacarle a las masas populares el dinero vía impuesto para sostener las políticas de seguridad, de igual forma la salida militar al conflicto no es la mejor solución, ya que esto trae consigo más derramamiento de sangre, y poniendo la población civil en fuego cruzado, por lo que desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) consideramos que para el 2016 las organizaciones obreras, campesinas, populares, indígenas, estudiantiles, etc. Debemos exigir soluciones reales al problema de la violencia y la delincuencia, no deben de crearse mas impuesto, los costos que esta generando la violencia deben pagarlos los ricos.

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