Por Eduardo Villalobos

En los últimos días, la ministra de Hacienda, Jenny Phillips, ha realizado el anuncio del problema para poder cumplir con las obligaciones para pagar los salarios y aguinaldos de los trabajadores del sector público.

Esto lejos de ser un asunto que “asusta a la gente” que como lo dijo el ministro de la presidencia Rodrigo Arias, revela una clara intención de la burguesía del país para hacer pagar la crisis a los sectores de los trabajadores.

En un primer momento el gobierno realizó vía decreto un aumento miserable que no cubre la devaluación, la inflación y el creciente costo de los servicios y alimentos.

Las dirigencias sindicales apostaron a tapar el sol con un dedo esperando que el gobierno cumpliera con el aumento para los sectores profesionales y no profesionales, por medio de la equiparación salarial.

Pero esta fiesta se aguó, cuando de nuevo el gobierno no giró los retroactivos al 80% de los trabajadores. En una reunión se comprometieron a saldar esta deuda la próxima quincena pagadera el 13 de octubre.

Pero lo más asombroso es que de nuevo reina la pasividad de la dirigencia sindical, que no ha llamado a las bases a que se manifiesten y a preparar nuestras propias medidas de presión para protestar por este incumplimiento.

Los trabajadores no podemos estar a la expectativa de que se nos giren nuestros salarios. Lo correcto es que ya estemos presionando para que el gobierno deje de mantener la incertidumbre.

Los recursos que han dejado de percibir por la crisis no son más que excusas, amén de otras salidas falsas como aumentar los impuestos para el conjunto de la población.

No debemos olvidar el viejo refrán que dice  “unos se comen la piña y a otros les duele la panza”. Los empresarios se han comido la piña de las exoneraciones fiscales, los regímenes de zona franca y otros más privilegios para los de arriba y ahora a los que dependemos de un salario y pagamos queramos o no queramos todos los impuestos, nos quieren pasar la factura.

Debemos exigir que los empresarios y las compañías transnacionales que se han llenado los bolsillos con el sudor de nuestras frentes paguen los recursos para que los salarios, los programas sociales y el presupuesto de la salud y la educación no se vean mermados.

Pero esto exige lucha, no lo podemos lograr en la pasividad. En este sentido, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a que las organizaciones sindicales y gremiales de los empleados públicos  de Costa Rica para que organicen desde ya una asamblea conjunta para votar un plan de lucha y enfrentar no solo la amenaza de no pago de los salarios y el aguinaldo sino que también el recorte presupuestario en la educación, vivienda, becas y otros más. Esto también puede servir para preparar la lucha que no se ha dado por la defensa del salario y en contra de los raquíticos aumentos salariales de los últimos tiempos.

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