Johnny Araya renuncia y se despide

Por Ramón Sibaja

La sorpresiva renuncia de Johnny Araya, candidato presidencial del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), no ha sido un rayo en cielo sereno. Es el último acto de la prolongada agonía del régimen político instaurado con la Constitución de 1949, de la enorme crisis que sacude al PLN, --el principal sostén del Estado burgués en Costa Rica--, cuya mayor expresión ha sido el caótico gobierno de Laura Chinchilla.

El giro hacia la izquierda y el centro

Araya comenzó la campaña electoral como el seguro ganador de los comicios, pero en el transcurso de la campaña las cosas cambiaron abruptamente. El Frente Amplio (FA) se catapultó como el partido que a nivel nacional capitalizaba por la izquierda el descontento de masas, pero por el efecto negativo de la “campaña del miedo”, orquestada por los empresarios, no acumuló la fuerza suficiente para llegar como finalista a la segunda vuelta.

El Partido Acción Ciudadana (PAC), que venía de sufrir una grave erosión, se recuperó en el transcurso de la campaña y fue quien más capitalizó la crisis del PLN. De conjunto podemos decir, sin temor a exagerar, que se operó un viraje a la izquierda del electorado costarricense: Un sector importante (17%) rompió con los partidos patronales y se inclinó por la izquierda reformista del FA. Otro sector importante abandonó la extrema derecha del Movimiento Libertario (ML) giró hacia el centro, es decir, apoyó al PAC. Y la propia base electoral del PLN también giro hacia su izquierda y votó al centro por el PAC.

Este giro hacia la izquierda y el centro es una consecuencia directa de la crisis capitalista, de los constantes recortes a los beneficios sociales, del aumento de la pobreza, en un país que hasta hace poco era considerado el reino de la felicidad.

Crisis del bipartidismo sacude al PLN

La crisis del bipartidismo en Costa Rica comenzó con la irrupción del PAC, desprendimiento del PLN, en las elecciones del año 2002, recién ocurridas las luchas contra el Combo del ICE

Pero al mismo tiempo que entraba en crisis el bipartidismo, también se aceleró la propia crisis del PLN, acentuando el pleito entre sus corrientes internas. En este proceso la corriente liderada por los hermanos Oscar y Rodrigo Arias, cuya principal bandera ha sido la aplicación del neoliberalismo, terminó copando el aparato del PLN, desplazando a otras.

La crisis del bipartidismo primero derrumbó al Partido de Unidad Social Cristiana (PUSC) y ahora acaba de golpear duramente al PLN. La casi desaparición del PUSC permitió al PLN sobrevivir holgadamente a su crisis, pero presionado electoralmente por la escisión representada por el PAC, el cual reclama volver a los viejos planteamientos socialdemócratas del Estado benefactor.A pesar de su crisis el PLN sigue siendo una formidable maquinaria electoral, que ha logrado imponer dos gobiernos consecutivos (Oscar Arias y Laura Chinchilla).

La candidatura de Johnny Araya y el boicot de las otras corrientes

Johnny Araya fue durante 22 años alcalde de los 11 distritos que componen el área metropolitana de la capital San José. Es hermano de Rolando Araya, derrotado candidato presidencial del PLN en el año 2002. Los hermanos Araya son sobrinos del expresidente Luis Alberto Monge (1982-1987) y representan una corriente abiertamente adversaria del Arismo.

En las elecciones municipales del año 2010, la cúpula del PLN controlada por el Arismo, boicoteó solapadamente la campaña de Araya, quien se reeligió en el cargo por escaso margen. No estamos solo ante odios personales, sino ante una lucha palaciega por el control del aparato del PLN, entre dos corrientes que representan proyectos con diferencias de matices

En las elecciones internas del año 2013, Rodrigo Arias fue forzado a renunciar a la pretensión de encabezar la candidatura presidencial del PLN, bajo la fuerte presión de otros grupos de poder, que lo acusaron de actos de nepotismo y corrupción. Este hecho le abrió el camino al entonces alcalde Johnny Araya, quien con un discurso renovador obtuvo mayoría de delegados en la convención del PLN, conquistando la postulación presidencial para las elecciones del 2014. Pero una cosa es ganar el voto de los delegados y otra, muy distinta, la de los grupos de poder que financian las campañas electorales. Fue una victoria pírrica para Araya, quien había sido derrotado en las elecciones internas del 2010, ante la candidata del Arismo, la actual presidenta Laura Chinchilla, la cual terminó distanciándose de los hermanos Arias, agudizando la crisis interna del PLN.

Oscar Arias no participó en la campaña electoral a favor de Araya, en una evidente actitud de boicot. Araya representaba un corriente olvidada del PLN, que en cierta medida buscaba como distanciarse del giro neoliberal encabezado por el Arismo, acercándose con ello peligrosamente a las posiciones del PAC pero este acercamiento ideológico no logró cuajar por los bemoles propios de la campaña electoral. Incluso, Araya en su desesperación de ganar apoyo entre las masas, se atrevió a criticar públicamente a la conducción del PLN y la desastrosa gestión de Laura Chinchilla:“(…) Tiene su cuota de responsabilidad, la presidenta y nuestro propio partido. Yo he venido hablando de una renovación del Partido Liberación Nacional (PLN), tiene que renovar sus compromisos, sus ideas, sus liderazgos, recuperar su proyecto socialdemócrata (….) Tenemos que ser capaces de hacernos una autocrítica porque, a pesar de ser Gobiernos nuestros en Costa Rica, ha habido un estancamiento de la pobreza, un crecimiento de la desigualdad y hemos tenido hechos de corrupción (…) un ajuste en el modelo de desarrollo, pues el actual, en el que priman la diversificación de las exportaciones y la captación de inversión extranjera directa, “ha generado crecimiento económico, pero no desarrollo social (…) Creemos que no se trata de abandonar ese modelo exitoso (de las exportaciones), sino de hacer un ajuste para que podamos darle un mayor impulso a lo que nosotros llamamos la otra turbina de la economía, que es el sector de la economía tradicional” (EFE, 16/11/2013).

Estos postulados de la corriente de Araya fueron muy tenues, pero indicaban que representaba un sector burgués distinto a la corriente predominante del Arismo. Por eso los odios personales se transformaron en odios de fracciones de clase burguesa. Tenemos muy poca información de los pleitos palaciegos en las alturas, pero como un destello Diario Extra informó que las corrientes Arista y Figuerista dentro del PLN, se habían puesto de acuerdo en boicotear al candidato Araya en la segunda vuelta. La coincidencia se debe no solo a que comparten el proyecto neoliberal, sino a las pretensiones tanto del expresidente José María Figueres Olsen, hijo del caudillo liberacionista, y de Rodrigo Arias, quienes se postularían para el periodo 2018-2022. Lo que si queda claro es que el candidato Araya no refleja los intereses ni la confianza política de los grupos económicos más importantes.

Detonante de la crisis: la encuesta de la UCR

Producto del amplio descontento social, de la crisis del PLN y del pleito entre los grupos de poder, finalmente Araya fue derrotado en la primera vuelta por el PAC, que obtuvo 25,045 votos más que el candidato del PLN. Algo nunca visto estaba ocurriendo en la pacifica Costa Rica. La derrota de Araya en primera vuelta desencadenó la ofensiva en su contra. Jorge Sánchez, ex viceministro de Vivienda, fue el primero en solicitar la renuncia de la candidatura de Araya.

Posteriormente, la prensa burguesa publicó la encuesta de la UCRcon fecha 4 de Marzo del año en curso, cuyos pronósticos eran demoledores: el candidato del PAC ganaría la segunda vuelta con un 64,4% de los votos, mientras que Araya seria derrotado con un 20,9%. El voto de los otros candidatos durante la primera vuelta, terminaría apoyando al PAC en la segunda vuelta.

La renuncia de Araya

La encuesta de la UCR reflejó un fuerte sentimiento popular contra de la continuidad del PLN en el gobierno. Al día siguiente, Araya anunció que se retiraba de la contienda. Esto es algo curioso, porque el artículo 138 de la Constitución Política impide a los candidatos presidenciales retirarse de la contienda: No pueden renunciar la candidatura para la Presidencia o vicepresidencias los ciudadanos incluidos en una nómina ya inscrita conforme a la ley, ni tampoco podrán abstenerse de figurar en la segunda elección los candidatos de las dos nóminas que hubiera obtenido mayor número de votos en la primera".

Este aspecto fue señalado inicialmente por el diario La Nación, pero inmediatamente guardó silencio. Todos derramaron lágrimas pero nadie cuestionó el hecho. Araya justificó su renuncia en los siguientes términos: “He comprobado la existencia de una voluntad inclinada más y más por el relevo del partido en la gestión del Gobierno. La campaña hacia la segunda ronda de votación se presenta muy difícil y llena de obstáculos (…) Los recursos y el tiempo son tan limitados como inmensa es la tarea de revertir la tendencia contraria. Por razones éticas, es inaceptable el recurso a tácticas innobles en el afán de variar las percepciones políticas (...). La prudencia aconseja no gastar millones de colones en propaganda, reuniones y movilizaciones. Acatamos las normas constitucionales aplicables, pero me abstendré de cualquier actividad electoral” (La Nación, 6/3/2014).

Oscar Arias se lava las manos

Ya hemos visto que el Arismo mantuvo una actitud de abierto boicot al candidato Araya, por representar otros intereses. Al ser entrevistado, Oscar Arias, en lenguaje ambivalente, dijo: “Johnny por supuesto no me consultó lo que pensaba hacer, no tenía por qué hacerlo, pero si me hubiera consultado, mi consejo hubiera sido que no renunciara. Las luchas que uno emprende en la vida, debe terminarlas”, expresó.

(…) Yo se lo manifesté al mismo Johnny hace tan solo unos pocos días; la opinión pública no quiere que Liberación continúe en el gobierno. El camino es muy empinado, porque después de este gobierno, es imposible que alguien quiera que el partido responsable por el gobierno de Laura Chinchilla se mantenga en el poder” (La Nación, 6/3/2014).

Antonio Álvarez Desanti, jefe de campaña del PLN, admitió que: “Hay en el país un sentimiento que el continuismo es malo, y que ese continuismo se manifiesta con un tercer gobierno del mismo partido, esto no es un rechazo contra Johnny, creemos que el país pasa una factura” (Extra, 6/3/2014).

El argumento que el continuismo es malo es solo una justificación ante la opinión pública, para que admita la renuncia de Araya sin mayor conmoción.

Clavándole las banderillas al PAC

Los grupos de poder dentro del PLN se han reagrupado y han preferido un triunfo del PAC antes que una dura e insegura pelea por la segunda vuelta. Con esta espectacular maniobra defensiva quieren deslegitimar una victoria electoral del PAC, obligándolo a realizar alianzas y adoptar políticas conjuntas que terminarán distanciándolo de los originales postulados socialdemócratas de esta escisión del PLN. Sin una mayoría dentro de la Asamblea Legislativa, por muy conciliador que sea el discurso del PAC a favor de la unidad nacional y la concertación nacional, no podrá realizar ninguno de sus planteamientos de campaña electoral. Al realizar alianzas, tendrá que ceder posiciones antes sus aliados. Si te corres te mato, si te paras te tiro. En realidad, aunque el PAC ya ganó las elecciones, todo indica que será el gran perdedor. Ni la situación económica a nivel nacional e internacional, ni la composición de la Asamblea Legislativa favorecen a un gobierno del PAC.

Las dirigencias sindicales oportunistas, como la que representa Albino Vargas, secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP), ya han se han deshecho en elogios a favor del gobierno del PAC, incluso han llamado a la desmovilización de la huelga nacional convocada para el 20 de Marzo, en protestas por los bajos salarios.

Vamos a un periodo de conciliación e ilusiones democráticas, pero la crisis fiscal y el desempleo harán que estas ilusiones desaparezcan rápidamente.