Barack Obama cena con los presidentes centroamericanos

Por Orson Mojica

La segunda visita de Barack Obama a Centroamérica, el 3 y 4 de Mayo del año 2013, y su reunión con los presidentes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) estuvo marcada por la secretividad, y por el énfasis en el libre comercio, la integración económica regional y la conversión definitiva de Centroamérica en un área de libre comercio, tutelada por Estados Unidos.

Objetivos de Obama en México: acelerar reformas y más libre comercio

Si América Latina es el patio trasero de Estados Unidos, México se ha convertido en la barda fronteriza. Con la implementación del NAFTA en 1994, la economía de México fue absorbida por los Estados Unidos.

En su discurso de despedida, Obama reconoció que “Estados Unidos y México tienen una de las mayores relaciones económicas del mundo. Nuestro comercio anual ya ha sobrepasado los $500 mil millones, que representan más de mil millones diarios”.

La visita de Obama a México no fue un simple acto protocolario sino que obedece a la necesidad del imperialismo norteamericano de garantizar el control del mercado mexicano, en momentos en que Estados Unidos se prepara para negociar simultáneamente el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (UE) y el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP), con Brunei, Chile, Nueva Zelandia, Singapur y otros que puedan ingresar a este nuevo tratado de libre comercio.

Obama reconoció la interdependencia entre Estados Unidos y el resto de América Latina: “(…) más del 40% de nuestras exportaciones van a las Américas., Esas exportaciones están aumentando más rápido que nuestro comercio con el resto del mundo. Millones de estadounidenses se ganan la vida debido al comercio entre nuestras naciones (….) Nuestra frontera con México está más segura de lo que haya estado en muchos años”.

Esto último es más que evidente. Datos oficiales muestran que, por efectos de la crisis y por la persecución en la frontera, el cruce de trabajadores ilegales ha disminuido en un 80%.

Aunque México se ha transformado prácticamente en una nueva colonia de Estados Unidos, las posibilidades reales de un resurgimiento del nacionalismo mexicano preocupa a la Casa Blanca. Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta de EEUU para Latinoamérica, explicó que uno de los principales puntos de la visita de Obama a México, “fue asegurarnos de que no hacemos nada que ponga en desventaja o dañe lo que construimos en Nafta. El presidente fue muy claro al asegurar que eso no ocurrirá" (Prensa Libre, 8/5/2013)

La competencia de México contra Venezuela y Colombia

El mensaje que Obama llevó a las autoridades mexicanas fue la promesa que Estados Unidos no sacrificará a su fiel aliado en el proceso de negociación con el imperialismo europeo, y que por ello deben seguir adelante con las reformas acordadas por los principales partidos políticos (PRI, PAN y PRD) en el llamado “Pacto por México”, el cual contempla, entre otros aspectos, privatizaciones en los sectores de energía y petróleos, bancos, seguridad social, educación, etc.)

Con estas reformas, y su fusión con la económica norteamericana, la burguesía mexicana quiere recuperar terreno y proyectarse como una potencia regional, y colocarse al mismo nivel que los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Centroamérica había sido hasta hace pocos años una tradicional zona de influencia de empresas mexicanas, las cuales han perdido terreno en relación la influencia ejercida por la generosa diplomacia petrolera de Venezuela (especialmente con PETROCARIBE) y el inesperado surgimiento de la burguesía colombiana que, al salir vencedora en la guerra contra la guerrilla de las FARC y después de haber legalizado el dinero del narcotráfico, ahora compra bancos y todo tipo de activos en la región centroamericana.

La silenciosa política energética de Obama

En la visita de Barack Obama a México y Centroamérica, salió a relucir la política energética que el imperialismo norteamericano impulsa desde hace años y que tendrá inevitables repercusiones en nuestra región.

Bajo la presidencia de Barack Obama se ha operado un abrupto cambio en la política energética. Al mismo tiempo que invade militarmente a Irak para mantener el control de las principales reservas de petróleo del mundo y blandir su puño de hierro en el Medio Oriente, la crisis del capitalismo mundial ha obligado al imperialismo norteamericano a buscar nuevas fuentes de energía y a dotarse de una estrategia para depender menos de las importaciones de petróleo.

Desde que asumió la presidencia en 2009, Obama ha impulsado el montaje de nuevas plantas nucleares, aplicación de nuevas tecnologías en la explotación de petróleo (extracción de pizarra bituminosa y arenas aceitosas) y gas (de esquisto) en suelo norteamericano, logrando en el año 2010 reducir la dependencia del petróleo por debajo del 50%, una cifra record en los últimos 30 años. Obama ha puesto en marcha un ambicioso plan que contempla, para el año 2035, que los Estados Unidos no dependan del petróleo de Venezuela y Medio Oriente

En esta primera fase, la aplicación de nuevas tecnologías extractivas está funcionando. Willy Olsen, economista del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford, en una entrevista con 'The Wall Street Journal' explicó que “Prevemos que el sector estadounidense del transporte (el principal consumidor nacional de petróleo) va a cambiarse al gas natural. Los EE UU y Canadá poseen unas considerables reservas de gas de esquisto. Esto proporcionará un impulso decisivo al desarrollo del sector de transportes en los EE UU, una de las prioridades del presidente Obama”(Rusia Hoy, 4/07/2012)

En un tiro de carambola, Obama pretende independizarse del petróleo y con ello debilitar a países como Rusia, Venezuela y sus propios aliados en Medio Oriente. El Mayor General Vagif Guseinov, Director del Instituto de Estudios Estratégicos y Análisis, y miembro del Consejo para la Política Exterior y de Defensa de Rusia, reconoció el relativo éxito de la nueva política energética impulsada por Obama: “Sin lugar a dudas, los EE UU han conseguido un importante éxito en su programa de independencia energética. La producción de petróleo está alcanzando récords y los progresos que las compañías americanas están logrando en la extracción de bituminosos harán que el país no dependa más de las importaciones. La llamada 'revolución de los bituminosos' ya ha tenido impacto en el mercado global de petróleo. Los EE UU han desarrollado un mercado de energía prácticamente autónomo y ahora son inmunes a la presión de la fluctuación de los precios en el mercado global”. ”(Rusia Hoy, 4/07/2012)

Aunque el tema energético no estaba en la agenda de Obama, salió a relucir en su reunión con los presidentes del SICA

Dos reuniones en Costa Rica

La visita de Obama primero a México e inmediatamente después a Costa Rica, no están desconectadas. Al contrario, forman parte del proceso de consolidar su influencia en la parte más débil de su patio trasero pero la más cercana a la metrópoli. Es parte de la estrategia global de consolidar el dominio de las transnacionales norteamericanas en esta parte del mundo.

La escogencia de Costa Rica como punto de encuentro con los presidentes centroamericanos tampoco ha sido una casualidad. Costa Rica siempre ha sido el símbolo de la democracia más antigua y estable de la región centroamericana, el ejemplo a seguir.

Durante su visita a Costa Rica, Obama participó en dos importantes reuniones: en la reunión de los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que los Estados Unidos promovieron en 1991, y en el Foro Centroamérica, una reunión privada con los máximos representantes de la burguesía centroamericana, que se realizó en las instalaciones del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) bajo el auspicio también del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Obama presionó por una mayor integración bajo tutela norteamericana

Debido al fenómeno del narcotráfico y la alta incidencia de asesinatos violentos en Centroamérica, la mayoría de los presidentes centroamericanos, a pesar de las diferencias, tenían un solo punto de coincidencia: necesitan más ayuda económica de Estados Unidos para afrontar al narcotráfico y la delincuencia organizada.

El discurso de Obama en la reunión con los presidentes del SICA todavía no se ha publicado, esta reunión se realizó en el mayor secreto. Tenemos que utilizar los diferentes despachos de prensa para armar el acertijo.

Contrario a lo esperado, el discurso de Obama no se centró en fortalecer la lucha contra el narcotráfico y la violencia, sino en la necesidad de una mayor integración de las economías en Centroamérica. Por declaraciones fragmentadas de la presidenta Laura Chnchilla, sabemos que la reunión del SICA estuvo centrada en el llamado de Obama a aprovechar mejor el tratado de libre comercio conocido como CAFTA-DR, y en la necesidad de mejorar las plataformas fiscales de cada uno de los países, para no depender de la ayuda norteamericana.

Bajo la vigencia de CAFTA-DR las exportaciones de EE.UU. a los países de CAFTA-DR, en 2012, aumentaron más del 78 por ciento a $30.2 mil millones.

Una de las principales críticas de Obama a los presidentes del SICA fue el lento movimiento de las mercancías en la región, debido a la existencia de obstáculos aduaneros en cada uno de los países. Por ello recomendó dictar normativas comunes que aceleraran el libre comercio, así como la realización de inversiones conjuntas.

No hubo declaración final conjunta el terminar la reunión del SICA, tampoco anuncios de paquetes de ayuda económica, nada de nada.

El CARSI y la lucha contra el narcotráfico

Para disipar las suspicacias, Obama declaró: “No tengo interés en militarizar la lucha contra el narcotráfico”. Se pronunció por un enfoque regional para la lucha contra el narcotráfico, pero sin militarización, en el marco del programa denominado Iniciativa Regional para la Seguridad en Centroamérica (CARSI). Desde el año 2008, Estados Unidos ha destinado 495 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico, y Obama ha solicitado 161,5 millones más para el año 2014. No obstante, Obama no quiere un fortalecimiento de los ejércitos, sino que las agencias norteamericanas dirijan los operativos, apoyados por las Policías y los propios ejércitos, pero en calidad de subordinados.

Aleccionando a la burguesía centroamericana

La reunión en el INCAE agrupo a 200 empresarios de Centroamérica. A diferencia de la reunión con los presidentes del SICA, en esta reunión Obama dio a conocer sus planes, siempre con el hilo conductor del fomento al libre comercio y la necesaria integración económica de Centroamérica: “Si ustedes prosperan, nosotros también” (…) “Mientras más integrados estemos, más oportunidades tendremos de competir, pero hay que tener una estructura reglamentaria que funcione”. (La Nación, 3/5/2013)

Y a reglón seguido insistió en que para mejorar la infraestructura y las aduanas se requieren reglas claras, procurar asocios públicos-privados y abaratar los costos de la energía.

Arturo Condo, rector del INCAE, fue más allá del moderado discurso de Obama e insistió que “lo que necesitamos, como lo ha practicado Estados Unidos, es una visión federal para desarrollar la infraestructura. No se trata de mejorar las condiciones para las grandes empresas, sino sobre las pequeñas, que tienen costos de hasta un 20% adicionales por falta de logística adecuada” (El Financiero, 6/5/2013)

Obama versus Petrocaribe

Una de las conclusiones del foro empresarial en el INCAE fue la necesidad de abaratar los costos de energía, para poder competir. Obama reconoció que “Todos los líderes del Sistema de Integración Centroamericano (Sica) que encontré ayer enfatizaron en la energía” (La Prensa de Honduras, 4/5/2013),

Y dejo en el aire la posibilidad que en un futuro próximo Estados Unidos venda gas a precios preferenciales. Hasta circuló el rumor de la construcción de un hipotetico gasoducto por México hasta Centroamérica para producir energía barata, pero Obama solo hablo de posibilidades no de proyectos reales.

Mauricio Funes, presidente de El Salvador, declaró que “Hay una apuesta importante del presidente Obama a la generación de energía y hay un compromiso de que, cuando tome la decisión de aumentar su producción y exportación de gas para el mundo, tomar a Centroamérica en cuenta en esa exportación” (La Nacion 8/5/2013)

La sola idea de ver gas a precios favorables tiene el claro objetivo de crear expectativas entre los empresarios de la región, que han terminado aceptando como una necesidad económica la vigencia del acuerdo de PETROCARIBE.

Esta competencia silenciosa obligó a Venezuela a incorporar a los gobiernos derechistas de Honduras y Guatemala, como miembros plenos del convenio de PETROCARIBE.

Pero mientras Obama tiraba ilusiones al aire, recomendó a los diferentes gobiernos del área aprobar un marco reglamentario para crear un mercado regional de electricidad, el cual ya existe pero funciona conforme las necesidades propias de cada país y no con una visión realmente regional e integradora.

"La interconexión crea mercados más grandes que pueden ayudar a atraer los 25.000 millones de dólares en inversiones en el sector energético que se necesitan en América Central para 2030 (…) Dado el pequeño tamaño de muchos países centroamericanos, es de vital importancia que se cree un mercado regional. Y eso no tiene que ver solo con líneas de transmisión. También significa contar con la reglamentación que permita el libre flujo de energía de un lado para otro. Todos desean recibir los beneficios".

Estas promesas de Obama son una refracción de su política energética basada en la necesidad de reducir la dependencia del petróleo, especialmente en Centroamérica, donde la influencia venezolana abarca a Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua

El tirón de orejas a las burguesías de Centroamérica.

Las fragmentadas declaraciones de Obama confirman el malestar del imperialismo por la lenta integración de las economías de Centroamérica a la locomotora norteamericana. En momentos de crisis económica mundial, Estados Unidos pretende salir de la recesión, vendiendo más productos norteamericanos a nuestros países., consolidando el mercado integrado por México y Centroamérica.

El imperialismo norteamericano quiere absorber totalmente las economías de Centroamérica, a un ritmo más acelerado. Pero las reticencias de las cavernarias burguesías de la región, que defiende los reducidos privilegios de los estados nacionales, son un obstáculo real, objetivo, para los planes de rápida recuperación del imperialismo

Obama vino a halarles las orejas en privado a todos los presidentes centroamericanos, quienes guardaron absoluto silencio y se comprometieron a acelerar los ritmos de la integración, que incluye el debilitamiento de las aduanas nacionales.

Esta segunda visita de Obama confirma que las burguesías de la región son incapaces de construir un proyecto de nación propio, y que tampoco son eficientes aliados del imperialismo. El resultado es el caos, saqueo y desintegración de todos nuestros países.

Corresponde a la clase trabajadora enarbolar la bandera de la independencia y soberanía nacional, y de luchar a muerte por la reunificación de Centroamérica, bajo un Estado Federal Socialista. Esta es la principal enseñanza que nos deja esta segunda visita de Barack Obama.

Hemeroteca

Archivo